Entrevista a Ernesto Jiménez Astorga

[vc_row][vc_column][vc_column_text]Es presidente de Jiménez Astorga Abogados y Consultores y cuenta con una experiencia profesional de más de 40 años como abogado especializado en el ámbito procesal y concursal. Es letrado asesor y secretario del consejo de diferentes compañías de construcción, de ocio y de entidades financieras. Asesora de forma permanente a bancos y sociedades de valores y es reconocido como «leading lawyer» en España según el directorio internacional «Best Lawyers».

¿Cuáles cree que son las características diferenciales de Jiménez Astorga Abogados y Consultores con respecto a la competencia? Y, ¿qué ventajas ofrece un despacho de su tamaño frente a lo que puede ofrecer una gran “multinacional del Derecho”?

El tamaño de nuestro despacho es una gran ventaja, pues tratándose de un despacho mediano, el seguimiento de los clientes no se delega sino que se realiza directamente por el letrado encargado. Ello se demuestra muy eficaz en la actividad litigiosa, pues este despacho se caracteriza fundamentalmente por el elevado número de procedimientos en los que interviene. Además, esta característica permite que los criterios de facturación no sean muy mecánicos, sino que se pondera muchísimo la relación con el cliente.

¿Cuál es la estrategia de crecimiento de Jiménez Astorga? ¿Dónde ubica el futuro del despacho a medio plazo?

La estrategia es consolidarnos definitivamente. No se busca una fusión fallida simplemente por crecer, sino lo que se desea es una total integración. Así, en este momento existen negociaciones muy avanzadas con dos despachos de similares o parecidas características al nuestro, pero que desarrollan su labor en ramas profesionales complementarias. Las negociaciones, insisto, están encaminadas a dotar de mayor volumen y especialidades al despacho, pero no recurriendo a acuerdos de colaboración, sino buscando una integración total, de manera que a medio plazo el despacho haya triplicado su volumen y podamos prestar servicios de excelente calidad en varias ramas del Derecho. Tenemos claro que si no logramos conseguir esos objetivos no es conveniente crecer por crecer, sin un soporte cuantitativo y cualitativo que lo fundamente. Sería una falacia y engañarnos a nosotros mismos.

A título personal, ¿qué casos destacaría de los que ha participado?

Soy letrado en ejercicio desde el año 1968 y he tenido la suerte de que mi actividad profesional siempre haya estado totalmente vinculada a los Tribunales. He tenido también la oportunidad de trabajar en las mejores firmas de España como responsable de los departamentos contenciosos en toda clase de procedimientos: civiles, mercantiles, penales, administrativos y arbitrajes. Por tanto, mi experiencia profesional es amplísima. Comencé como abogado defensor en el extinto Tribunal del Orden Público y hoy mismo estoy interviniendo como defensor en casos muy conocidos que se siguen ante la Audiencia Nacional. Si a ello se añade que puedo actuar como letrado en procedimientos que se desarrollen en inglés y/o francés, puedo concluir diciendo que durante mis 45 años de ejercicio he tenido mucha suerte con mi profesión, que me gusta mucho, que creo que no lo hago del todo mal y que me ha permitido vivir muy dignamente.

¿Cree que ha cambiado el modelo de mercado del sector jurídico? ¿y la relación con el cliente?

Sí, evidentemente. El ejercicio de la profesión es reflejo de la realidad social y si esta ha cambiado, claro que lo ha hecho y mucho. El cliente también. Hoy, en general, está enormemente preparado, sabe perfectamente lo que quiere y no se deja embaucar. Ni siquiera en los juicios de faltas.

¿Qué competencias y aptitudes debe tener para usted un abogado actualmente? ¿Y qué papel tienen las nuevas tecnologías en el bufete?

Desde mi punto de vista actualmente todo abogado debe tener formación, más conocimientos y muchas ganas de estudiar y más de trabajar. Respecto a las tecnologías, son muy importantes, como lo son ya en el conjunto de la sociedad en general, aunque nunca podrán sustituir al asesoramiento personal, preciso siempre para determinados asuntos.

Hablemos de las administraciones públicas. Desde el funcionamiento de la justicia al de la educación, pasando por todos los ámbitos regulatorios, ¿cree que España es un país competitivo? ¿En qué aspectos deberíamos mejorar?

Personalmente entiendo que habría mucho que adaptar. Considero que la justicia diaria, la práctica de los Tribunales, debería hacer esfuerzos para mejorar y hacer un país competitivo. No parece muy de recibo que apelaciones en procedimientos mercantiles que afectan a la supervivencia misma de las compañías se estén señalando para abril del 2018. La preocupación mediática de los asuntos en mente de todos para mí prácticamente decae ante la justicia diaria en procedimientos de reclamación de cantidad, desahucios, causas penales ordinarias, concursos, al final la Justicia no es tal. En definitiva, hay mucho que mejorar.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

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